¿Por qué el Reino Unido es la mejor opción para adquirir tecnologías vinculadas a la cadena de suministro alimentaria del futuro?
Por Sofía Giampaoli, fundadora de Cell Farm
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Como tal vez sepan, la carne es un alimento arraigado en la cultura argentina. Cuando era chica, consumía carne, pero no la disfrutaba del todo por el impacto que sabía que tenía sobre los animales. De grande, entendí los problemas ambientales que provoca la cría de animales, especialmente en Latinoamérica, en el Amazonas, y en los bosques argentinos, ya que somos productores y exportadores de carne a nivel mundial. Como ingeniera, me gusta resolver problemas y encontrar soluciones. Cuando me di cuenta de que todo el debate relativo al cambio climático llevaba a la falta de acciones y soluciones concretas, me puse a trabajar.
En 2013, cuando conocí la tecnología de la carne cultivada y todos los desafíos que entrañaba, decidí que este sería mi proyecto de vida. En ese momento, en América Latina, no había nadie que se dedicara al desarrollo de esta tecnología, y una región que produce tantos alimentos para el mundo entero no puede perder de vista lo que es el futuro de la alimentación y sus implicancias.
Dada mi creencia de que las empresas pueden resultar el mejor vehículo para lograr impactos positivos a escala masiva en el planeta, decidí pasar a la acción y fundé Cell Farm, la primera empresa de carne cultivada de América Latina. La carne cultivada, es decir, la carne desarrollada a partir de células madre animales, es una alternativa sustentable a la cría de animales. La carne cultivada tiene cuatro componentes principales: líneas celulares, medio de cultivo, andamiaje y biorreactores. Cada área exige superar desafíos particulares para lograr que la carne cultivada se convierta en elemento de consumo habitual. En la actualidad, no hay acceso a líneas celulares validadas para especies alimentarias populares, por lo que existe una barrera para la investigación y la ampliación de los avances en este campo. No sólo eso, sino que hay un problema de costos y de escala. Cell Farm está abordando todo esto para lograr un impacto global positivo.
Estamos desarrollando como solución un banco de células madre para permitir la producción de carne cultivada a escala y de forma rentable, trabajando con la mejor genética bovina argentina. Esto significa que el mercado puede seguir disponiendo de la mejor carne, sin lastimar a ningún animal en el proceso.
Cuando conseguimos nuestro primer inversionista, un fondo de biotecnología de Buenos Aires, obtuvimos los medios para mirar hacia el mundo. Al tratarse de un tema global, era lógico buscar los mercados más avanzados para esta nueva tecnología.
El debate sobre la carne cultivada en Europa lleva ya tiempo algún tiempo. En 2013, se presentó la primera hamburguesa desarrollada en laboratorio en una conferencia de prensa en Londres. Producida por un laboratorio de los Países Bajos, la hamburguesa fue cocinada por el chef Richard McGeown, de Cornwall, y degustada por críticos gastronómicos.
Investigando en Europa, me enteré de la existencia de SHAKE, una aceleradora del Reino Unido que trabaja con empresas emergentes dedicadas a proyectos de base tecnológica en el ámbito de la agricultura para combatir el cambio climático. Apoyan a jóvenes empresas como la nuestra con financiamiento, formación y asesoramiento especializado en lo comercial y científico, con el fin de llevarlas al siguiente nivel.
Además, descubrí que el Reino Unido tiene un programa específico para empresas tecnológicas: el Programa Global de Emprendedores (GEP por sus siglas en inglés). Promovido por el Gobierno del Reino Unido, el GEP ofrece tutoría y apoyo comercial a emprendedores no radicados en el Reino Unido y los ayuda a establecerse y ampliar su negocio desde una sede británica.
Me puse en contacto con la Embajada Británica en la Argentina y me presentaron al equipo local del Departamento de Comercio Internacional (DIT). Ellos me apoyaron para que entrara en el GEP, al tiempo que ayudaron a Cell Farm a ponerse en contacto con fondos de capital de riesgo y universidades para llevar adelante proyectos de colaboración técnicas.
Por todo el apoyo que ofrece, el Reino Unido es la mejor opción para alcanzar más eficientemente los objetivos de Cell Farm.
Desde el Reino Unido al resto del mundo, Cell Farm seguirá impulsando la revolución de la carne cultivada y ayudando a la humanidad a lograr un futuro sustentable transformando el sistema alimentario.
